La Iglesia de Nuestra Señora de Brujas es un edificio gótico del centro de esta ciudad belga que guarda en su interior una joya mundial de la escultura: la Madonna con el Niño del gran artista italiano Miguel Ángel. Además ostenta el récord de ser una de las atalayas de ladrillo de mayor altura del mundo.
Con sus 122 metros de altura la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas tiene la segunda torre de ladrillo más alta todo el planeta. La primera pertenece a la torre de la Iglesia alemana de San Martín de Landshut, localizada a unos 70 kilómetros de Munich (Alemania).
Pero no es lo único interesante que encontrarás en este importante sitio que ver en Brujas. Además cuenta con unas curiosas tumbas pintadas del siglo XIII y el mausoleo de dos figuras importantes de la realeza contemporánea a la época imperial española: se trata de las tumbas escultóricas de María de Borgoña y de su padre Carlos el Temerario. Ellos son la abuela y el bisabuelo de Carlos I de España y V de Alemania.

Asimismo esta iglesia guarda un secreto poco conocido que la conecta con la Capilla Real de Granada que te desvelamos más abajo y tiene como protagonista a Felipe el Hermoso. Ah, y no nos olvidamos de la prestigiosa Orden de caballería del Toisón de Oro. Fue creada en Brujas y en este edificio se celebró una de sus sesiones.
1. Madonna con el Niño de Miguel Ángel

Michelangelo Buonarroti (1475-1564), popularmente conocido en español como Miguel Ángel, fue uno de los mayores artistas de la historia de la humanidad, que además de escultor, fue pintor, arquitecto o poeta.
Pues bien, una de sus obras descansa en la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas. Hablamos de la Madonna con el Niño, es decir, una representación religiosa de la Vírgen María y el niño Jesús.
Conocida como la Madonna de Brujas, esta obra fue tallada en 1504 sobre mármol y tiene el honor de haber sido la única obra escultórica de Miguel Ángel que salió de Italia mientras él vivía.
Expolio de la Madonna de Brujas

Aunque la Madonna de Brujas hoy descansa en el interior de la Iglesia de Nuestra Señora, la historia bien podría haber sido distinta. Y es que esta obra fue robada y llevada por los invasores a sus respectivos países tanto en 1815 durante la ocupación francesa con Napoleón como con la invasión alemana que tuvo lugar en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Monuments Men
Precisamente este último expolio perpetrado por el ejército nazi fue llevado a la gran pantalla en Hollywood con la película Monuments Men. En ella aparece otra obra de arte de gran valor localizada en Bélgica: la Adoración del Cordero Místico de Jan Van Eyck. En este caso la pintura se encuentra en la Catedral de San Bavón de Gante.
Con un gran elenco de intérpretes como George Clooney, Matt Damon, Cate Blanchet o Bill Murray, el filme relata cómo se recuperaron miles de algunas de las obras de arte más importantes de la humanidad.
Los nazis escondieron objetos de gran valor en distintas minas de sal de Austria y Alemania. Concretamente, la Madonna de la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas y la Adoración del Cordero Místico fueron halladas en la mina de Altaussee, cerca de la ciudad austríaca de Salzburgo.
Otro lugar donde se guardó una gran colección de arte robado fue el impresionante castillo de Neuschwanstein. Situado en la Baviera alemana y cerca de Munich, es una joya en sí misma que además sirvió de inspiración para Walt Disney y sus cuentos.
2. Tumbas pintadas

Entre coloridas vidrieras de la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas encontrarás una sala abierta donde se encuentra un tesoro artístico del siglo XIII. Y es que en la ciudad, alrededor del año 1270, surgió la costumbre de pintar el interior de las tumbas de los difuntos.
Las pinturas son sencillas porque en aquella época se enterraba al difunto el mismo día de su muerte y el artista debía pintarla a toda prisa y en cuclillas.
Las imágenes representan las creencias religiosas de la Edad Media. Lo usual era que la Virgen María con el niño Jesús se pintara a los pies de la tumba ya que se consideraba que ella era quien intercedía ante Dios por el difunto. En los laterales se dibujaban los ángeles que debían acompañar al alma hasta el cielo. Y finalmente, en la cabecera, aparecía Jesucristo crucificado, dando su vida por la humanidad.
En el siglo XV las tumbas ya no se pintaban, sino que el dibujo se hacía sobre papeles que luego decoraban el interior de la sepultura. En la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas también hay ejemplos de esta práctica.

Asimismo encontrarás distintas obras pictóricas religiosas de pintores flamencos que relatan la escenas de creencias cristianas como la Última Cena, la Transfiguración de Jesús o leyendas como la de Nuestra Señora de las Nieves. Según esta última en el siglo IV, María hizo que nevara en una de las siete colinas de Roma en pleno agosto.
3. Las tumbas de María de Borgoña y Carlos el Temerario

Dentro de la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas las tumbas de María de Borgoña y Carlos el Temerario ocupan un lugar privilegiado. Están en el centro del coro y fueron diseñadas en épocas distintas. Maximiliano I de Austria, el marido de María de Borgoña, mandó construir el mausoleo de su mujer tras su muerte en 1490. Está diseñado en estilo gótico y se terminó en 1502.
Por su parte el espacio dedicado a Carlos el Temerario de Borgoña se creó más de medio siglo después, entre 1558 y 1562, en estilo renacentista. En ambos mausoleos aparecen los escudos de armas de cada uno con efigies de los difuntos talladas en bronce.
Ascendencia familiar de Carlos I de España
Carlos I de España heredó un Imperio gracias a la variedad de casas reales a las que pertenecían sus familiares. Sus madre era Juana de Castilla, conocida como Juana la Loca, a su vez hija de los Reyes Católicos.
El joven emperador heredó de ahí media España con la Corona de Castilla y la otra media con la Corona de Aragón, que a su vez comprendía la actual Sicilia, Nápoles y Cerdeña. Pero es que además pasó a ser el señor de las Indias Occidentales (partes de la actual Sudamérica).
Y si por parte de madre obtuvo territorios, también lo hizo por la rama paterna. Su padre fue Felipe el Hermoso, hijo de María de Borgoña y nieto de Carlos el Temerario, que ostentaban la propiedad del territorio de Países Bajos, incluyendo la actual Bélgica, que se sumó a sus posesiones. Entre estas estaba la propia ciudad de Brujas.

No solo heredó de su abuela María de Borgoña, sino que su otro abuelo, Maximiliano I de Habsburgo le legó los territorios de Alemania, Austria o Milán. En 1520 fue coronado como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
El corazón de Felipe el Hermoso
Bajo el mausoleo dedicados a los duques de Borgoña se encuentran las bóvedas donde descansan los restos de los fallecidos. O debieran descansar. Porque aunque los de María de Borgoña fueron identificados, un estudio de 1970 no pudo hallar los de Carlos el Temerario.
Lo que sí que hay, además de los vestigios de vida de la duquesa de Borgoña, es una urna con el corazón de su hijo Felipe el Hermoso. Lo curioso de este asunto es que su cuerpo se encuentra en la Capilla Real de Granada junto al de los Reyes Católicos, pero su corazón fue devuelto a Brujas para que descansara junto a su madre.
El Toisón de Oro
Si estando dentro del coro, junto al mausoleo de los duques de Borgoña, levantas la vista, observaras treinta escudos colgados. Pertenecen a caballeros de la Orden del Toisón de Oro, creada para mantener la fidelidad de los territorios del ducado.
El padre de Carlos el Temerario fue Felipe III de Borgoña (1419-1467), apodado Felipe el Bueno. Y a él hay que reconocerle la creación de la Orden del Toisón de Oro en 1430. Una Orden que por cierto, pervive hasta nuestros días y que tiene al rey de España, Felipe VI, como Soberano y Gran Maestre de la misma.
En 1468 se celebró el undécimo capítulo de la orden en la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas. Fue la primera vez que Carlos el Temerario reemplazó a su padre, ya fallecido, como Soberano Gran Maestre.
Si ves un escudo de la orden pintado de negro entre los que hay expuestos debes saber que se trata de un miembro expulsado de la orden. Concretamente corresponde a Juan de Borgoña, sobrino de Carlos el Temerario. Este fue expulsado por herejía y coacción religiosa.
Horario
Lunes a Sábado: 9.30 - 17.00h.
Domingos: 13.30 - 17.00h.
Precio
- Adultos: 7€.
- Menores de 25 años: 6€.
- Gratuito con las tarjetas: Museumpassmusées, Musea Brugge Card y Amigos de los museos.